Mi tía se
está apagando. Me dijo por teléfono: ¡Ay Sole no sabés cómo me estoy muriendo
de a poco! Y me pidió que le rezara a la Virgen para que se la lleve. Le dije que le iba a rezar a la Virgen de
Montserrat que la está cuidado.
No hay médicos que puedan darle el pasaje que
está pidiendo, entonces, estos días se acordó de Tabaré Vázquez, que fue
alumno suyo, y le anda pidiendo a todos que le consigan su teléfono. Quiere decirle que cambie la ley que no permite apurar el cambio de mundo cuando en éste
ya se han cumplido cien años y no se puede más.
Mi egoísmo
quiere estirar su vida, al menos hasta que llegue a Montevideo a darle un
abrazo. Pero el egoísmo no tiene nada que ver con el amor, que no desaparece
porque estamos lejos, porque no nos vemos o porque de golpe resulta que nos
toca estar en diferentes mundos.
Cosas de mi tía en Montevideo Me Mata
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