Mis vecinos
–que tienen más de 80 años- me han contado que vivimos en lo que eran las casas
de los condenados por la inquisición. Solía ser parte del convento de Sant Agusti, que hoy queda en pie sólo en lo que es el Museo de la Xocolata, y algo más. Aquí a la vuelta, en el carrer dels Petons, los condenados se despedían de
sus familiares antes de entrar a su última morada, que hoy es la nuestra. Eran
los últimos besos que darían a sus seres queridos.
5 comentarios:
Que fuerte !
Tus escaleras tienen una historia... Las escaleras de la muerte tienen, ahora, un sentido... Es extraño vivir en un piso con esta historia. Pero que interesante de saber eso!
Tal cual Charly! La vecina me va a prestar unos libros, y me nombró uno que habla de los fantasmas de Barcelona :-)) Es fuerte...y es inspirador (para escribir algo al respecto)
Podras darme las referencias de los libros ? Es super interesante!
Y tengo ganas de leerte sobre el asunto :)
Charly, van algunas referencias:
Este que me nombró: Fantasmes de Barcelona de Sylvia Lagarda-Mata y este que me trajo hoy: Historias de la historia de Barcelona Cuitat Vella, de Daniel Cortijo (RobinBook 2010)
Me gustó el post. Viví 3 años en el Borne y es una maravilla de barrio.
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