jueves, 30 de mayo de 2013

La última morada

Mis vecinos –que tienen más de 80 años- me han contado que vivimos en lo que eran las casas de los condenados por la inquisición. Solía ser parte del convento de Sant Agusti, que hoy queda en pie sólo en lo que es el Museo de la Xocolata, y algo más. Aquí a la vuelta, en el carrer dels Petons, los condenados se despedían de sus familiares antes de entrar a su última morada, que hoy es la nuestra. Eran los últimos besos que darían a sus seres queridos.

Las escaleras que nos conducen a nuestros pisos tienen más de 500 años como vivienda y más tiempo aún de existencia. Las piedras que la conforman se remontan a la época de los romanos, en la que esta era la calle principal de aquella Barcelona. Mi barrio no tiene desperdicio. 




5 comentarios:

Anónimo dijo...

Que fuerte !
Tus escaleras tienen una historia... Las escaleras de la muerte tienen, ahora, un sentido... Es extraño vivir en un piso con esta historia. Pero que interesante de saber eso!

Sole dijo...

Tal cual Charly! La vecina me va a prestar unos libros, y me nombró uno que habla de los fantasmas de Barcelona :-)) Es fuerte...y es inspirador (para escribir algo al respecto)

. dijo...

Podras darme las referencias de los libros ? Es super interesante!

Y tengo ganas de leerte sobre el asunto :)

Sole dijo...

Charly, van algunas referencias:

Este que me nombró: Fantasmes de Barcelona de Sylvia Lagarda-Mata y este que me trajo hoy: Historias de la historia de Barcelona Cuitat Vella, de Daniel Cortijo (RobinBook 2010)

Paradox dijo...

Me gustó el post. Viví 3 años en el Borne y es una maravilla de barrio.

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