Fui a mirar con los ojos de Jaume de
Laiguana y de Chema Madoz (Palau Robert y La Pedrera, respectivamente) y debo
decir que así como por momentos sentí cierta indignación con la inexistente
imperfección de la belleza en las imágenes de Laiguana, me reí y disfruté mucho
cada propuesta de Madoz.
Cuando empieza el recorrido en la retrospectiva
de Laiguana, se lo presenta como un “
(…) fotògraf que no creu en la perfecció
sinó en la bellesa del que és imperfecte”. Pues hay que ver los perfectos cuerpos de mujeres –y también
algún hombre- que elije como modelos para representar dicha belleza supuestamente
imperfecta. Supongo que es difícil sacarse los lentes de la publicidad. Las imágenes son bellísimas, pero la belleza de los cuerpos no es nada imperfecta.
La imperfección es agregada en forma de elementos a veces pegados a los cuerpos
–barro, por ejemplo- o de contaminación que rodea el entorno de estas figuras
siempre canónicas.
Madoz te vuela la cabeza con las imágenes que construye. Te hace reír, pensar y disfrutar. No se repite, aunque su juego es básicamente
el mismo, su imaginación visual es infinita. Voy a volver. (Estará expuesta hasta el 28 de julio en La Pedrera)
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Chema Madoz |
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