domingo, 7 de noviembre de 2010

Las palabras y las cosas




Es época de setas en Catalunya, los hongos de mi rioplantense original. Aprendí que acá hongos son los de los pies, y para dirigirse a esa variedad increíble de delicias hay que decir setas. Es una palabra linda y me gusta usarla.

Ahora, decirle doble uve a la doble v (w) -como indica la nueva ortografía de la lengua española -me va a costar más, y ye a la y griega ni te cuento. Porque además de la regla ortográfica, está el cariño por las palabras y está esa cosa que se llama identidad que se pone como en evidencia al estar en un entorno donde la variación y la diferencia es lo habitual.

"¿Mande?" me dice dos por tres una de mis compañeras de piso, mexicana, cuando no me entiende el rioplatense. Se ve que en la casa se me suelta el lunfardo. La variedad lingüística me sorprende y me entretiene. Otra de mis compañeras de piso es de Navarra y cuando le pregunté dónde había un buen lugar para depilarse me sugirió uno cerca de la Plaza Catalunya. Ahí me dijo que depilan muy bien la entrepierna; pero al solicitar el servicio hay que decir que querés depilarte las ingles.

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